Voy a por un vaso de agua
Un pudor sin pudor que se muere y florece por cada rincón
alabando los pasos de un mal menor
ha tronado indeciso, la labia, y preciso, que no tengo rabia
pues no sangra en vano, la vida y la gracia,
que brillan por la ventana, en una noche de escarpia
El wolframio se apaga, y lo relevan en la madrugada
el baile imparable de dos lágrimas de fuego
que por hacer del misterio un ego, tan pleno
escapan sus sombras, de nuevo
mientras dos pupilas salen tras un velo
La oscuridad acompaña, recalca la saña
al morder el alma, que incita a la calma
de emprender un vuelo violento de una trenza en la espalda
recorriendo el fino camino, de un blanco infinito
que arena en sus poros, vistió como niño
de esos que llora y mañana adora
el viento del cambio, a todos nos sopla
Con el fuego en el fuego, dos manos de ciegos
se pierden y hablan, se chocan y callan
de cuatro sentados, ninguno es vedado
tan solo una lágrima, se ha derramado
el sueño es incierto, persiste en su esmero de ser el primero
que toque campana y despierte las ganas
pues duermo inconsciente, en manos de seda
que toman mis miedos y cierran la puerta
No importa el segundo, sino el segundero
mantiene su ritmo, y yo mis deseos
amenaza creciente en romper la mañana
farolas se encienden y llaman mi cama
no veo los pasos, solo aroma huelo
me enciende el ocaso, y me duerme un reflejo
Podría vivir, enredarme en el pelo
seguir caminando y darme un consuelo
prefiero la risa , a mil cien palabras
me llega una brisa y no son desgracias
Villagrán14
Jo-der chema, jo-der.
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