Cuando la paciencia se hace eterna, se le llama esperanza,
y si algo tiene ese estado es que nada queda, toda pasa
todo pesa, no hay más pasos, y todo es peso.
Por eso, corrijan si no, pero hay un fallo en mi fecha de defunción,
pues pasé la vida esperando, sin pasos, ni besos ni versos, y entendí
que los pacientes nunca vivimos, sólo esperamos el fin.
Pues es vivir aprender a esperar morir y aceptar
que una vez muerto, ya no hay espera ni esperanza
que yo nunca viví, impaciente, solo esperé el final.
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