La moral está de moda: Elige Dios y acertarás.
No obstante, ya lo saben, que para mí no hay piedad.
Sólo me salvaré el día que vean belleza en la pateticidad,
erotismo en la derrota.
Aún así no los necesito, yo desde muy temprana edad
cambié a Dios por las pajas
y así me ha ido. Y así me irá.
Desde luego no creo pertenecer
a esos tullidos del ello;
Más bien espero no morirme antes de tiempo
y sobre todo, después.
Yo en lugar de complejos me tengo a mí.
Y aunque sea tan selectivo que a veces ni me quiera
y en mi caso sea difícil tener buen gusto y la autoestima alta a la vez
a Dios es lo último al que preguntaría '¿Hay sitio en ti para mí?'
No, yo no creo en ser así,
en la bendición de los fetos,
en creer que es milagro que sin haberlos comido,
mis pedos huelan a Risketos.
Ese no es el trato, bien lo sabe Dios
que para él, yo soy la última croqueta en el plato.
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