martes, 9 de julio de 2013

''War and peace'', guerra y pis

Sus primeros pasos ya iban encaminados hacia una vida de terror, lastimera y desdichada, entre trincheras y zumbidos, de odio, violencia y volatilidad. Adoctrinado recién empezada la pubertad, aprendió a sujetar un fusil bajo la bandera yihadista al tiempo que algunos jóvenes, al otro lado del mundo, mojaban la cama. Jamás tuvo ocasión de vivir y jugar como un niño; en cambio, fue incitado a participar en esta lucha infernal donde héroes y villanos convergían en una misma palabra, soldados.

Yo en cambio, nacido de una familia media, con una infancia de ensueño, acabé aquí por el orgullo de servir a mi patria; drásticamente, a mi llegada, mi vida dio un giro caótico; Con el luto a diario como recibimiento, fui sometido a una rutina macabra, una bienvenida al Tártaro del Inframundo.

Y de estas formas, dos vidas tan dispares confluyen temporalmente.

Entre gritos de júbilo fue bien recibida la bala que hice atravesar a ese pobre chico en una emboscada suicida; todavía recuerdo su cuerpo inerte sobre un sepulcro improvisado rodeado por aquella explanada baldía, un festín para los gusanos; entonces, vivía un contraste perpetuo entre instinto de supervivencia y principios morales, usted jamás podrá entender que supone apretar un gatillo, ver como se escapa la vida por los ojos y ser pagado por ello. La gloria es una sensación casi tan putrefacta como la muerte. Así que, si quiere condecorar a un soldado con esta estúpida medalla, señor presidente, busque los huesos carcomidos de este chico, y colóquesela a él, una de las tantas víctimas labradas por su estúpida guerra, por su estúpido país y por su estúpida política de exteriores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario