Our wasted time
10º parte
Segundo capítulo
Our wasted time Soundtrack
El agua no termina de estar fría, y el sol luce
resplandeciente. Una ligera brisa veraniega corre por todos lados y el olor a piña
recién cortada, se expande por el ambiente. Las olas se mecen al ritmo del
viento con perfecta sincronía, y el vaivén de sus movimientos va dejando un
rastro de espuma de un blanco inmaculado en forma de ondas.
El fondo del mar puede vislumbrarse con perfecta claridad,
el agua es transparente con ligeros toques verdosos claros y añil, pequeños
peces muy finos y anchos, con colores planos
brillantes, se mueven inquietos de un lado para otro. Hay una parte de la
orilla que emerge ligeramente por encima del oleaje, sobre ella, dos frondosas
palmeras cocoteras con sus respectivos frutos proyectan una amplia sombra, que
permite el reposo y la tranquilidad.
En el cielo hay muy pocas nubes, y éste luce un azul limpio.
—
¿Te
apetece darte un baño? El agua parece tener buena temperatura hoy
—
Bah…estoy tan bien aquí tirada…que vas a tener
que arrastrarme—dijo mientras se estiraba
—
Como quieras entonces…
Se levanta rápidamente y la coge por los tobillos con
fuerza, tanto, que casi se la hecha a la espalda
—
¡He!, ¡Que era tan solo una broma!
Haciendo caso omiso de sus palabras la sigue arrastrando, y
cuando llega cerca de la orilla la coge en brazos y corre hacia el agua.
—
¡Estás completamente loco!— dijo entre
carcajadas
—
¡Tú solita te lo has buscado!
Y dicho esto, ambos se precipitan en el agua, las gotas
saladas saltan, mientras la luz las atraviesa y crea pequeños reflejos
cromáticos en su interior, bajo el agua ambos se miran entre la espuma del
chapuzón, en un afán de comunicarse con ininteligibles palabras y gestos, ella
comienza a bucear alejándose con rapidez, él no tarda en seguirla dando grandes
brazadas bajo el agua y espantando a cualquier pececillo que se cruce a su paso.
Consigue salir del agua y dejarlo atrás con suma facilidad.
—
¡Pero qué lento eres! ¡Me lo pones demasiado fácil!
¡Hasta un crío podría escaparse de ti!
Mientras en la orilla, y revolviéndose
sobre sí mismo, a duras penas consigue salir del agua y lanzarse a la carrera
de nuevo, pero ni tan siquiera habiendo recorrido dos metros vuelve a caerse,
ha pisado una gran piedra lisa y de color teja, ésta esta tan desgastada que en
cuanto ha puesto el pie sobre ella, lo ha precipitado contra el suelo, como si
de un patín se tratara.
Tumbado boca arriba y caído de
bruces, se da por vencido y trata de hacer volver su respiración a la calma.
Ella sin embargo, se acerca a la mesa y coge una rodaja de piña cortada, le da
un bocado y vuelve hacia él. Aparece mirándolo desde arriba y por detrás.
—
¡Qué torpe eres! , mírate ahí tirado…te has
llenado la cara de arena
—
Estaría bien que me ayudaras a levantar
—
No ,! es más divertido verte lleno de barro!— se
mofó graciosa
—
Venga ayúdame, estoy rendido, tú ganas ¿Vale?
—
¡No! ¿Quieres piña?
—
No, ¡no quiero piña, ayúdame a levantarme por
favor!
Se come el trozo de piña y se agacha lentamente, mientras,
le limpia el barro de los labios y le
dice:
—
Bueno pues te quedas sin piña, pero eso sí, te
vas a llevar un beso
Le besa con lentitud y palpando que no haya restos de arena
sobre su boca
—
Te saben los labios a piña
—
Claro idiota, acabo de comer piña
—
¿Qué te apetece hacer ahora? ¿Paseamos?
—
¡Sí me encantaría!
—
Low battery
—
¿Qué?
—
Que
me encan…low battery
—
¿Low
battery? Ho no…
Una voz electrónica comienza a sonar y repite constantemente
“Low battery” , los colores se van
difuminando y todo se empieza a volver negro, no se escucha nada. Ya no hay
isla, no hay mar, no hay piña cortada, no hay pececitos, no hay arena, ni
labios manchados, ya no está ella.
—
¡Qué mal…! Tengo que cargar de nuevo las gafas,
justo ahora, qué lástima…
—
¡Low battery! ¡Low battery!
—
Dios que pesadilla...— se levantó de la cama y cerró
el programa del ordenador que emitía aquel estridente aviso
—
Ya está. ¡Uf ¡ son las diez, debería comenzar a
vestirme para ir al colegio
Marvin, es un chico de dieciséis años, que ha caído de lleno
en la intrascendente y asocial vida del año 2036, pertenece al rango número dos del
estatus social y ni siente ni padece. Se podría decir que la “vida” como tal,
que él conoce, no le supone ningún tipo de aliciente. Sus días trascurren,
entre su aburrida realidad exterior y la realidad de las Virtual life, éstas últimas son un regalo de cumpleaños, que le
hicieron sus padres, si bien, es trabajador, pero sería difícil destacar alguna que otra facultad más en él. Siente una
profunda pasión, por encerrarse en otro mundo ajeno a su realidad, hasta cierto
punto sería comprensible, puesto que siendo
ciudadano del estatus número dos, las opciones sociales son mínimas. Se podría
decir que las personas no sienten ningún tipo de atracción por hablar con otras
personas, ese concepto sobra en estos tiempos. Su mente se ha encelado tanto con esas gafas, que lo más parecido al contacto, carne con carne, con una chica, se ha reducido a eso, a las Virtual life.
Villagrán14
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