sábado, 4 de enero de 2014

Vincent parte 17

Vincent parte 17 

-No nada, ésta foto de tu madre me recordó a algo, o alguien que haya visto antes…

-¿estás completamente segura de lo que dices?

-si, en serio…es simplemente que me recuerda a alguien

-esta mañana se está  convirtiendo en una verdadera locura…me empieza a cansar ya…

Se quedó sentado en la silla, cogió la pequeña libreta azul de su madre…parecía como si Vincent tratase de evocar el sentimiento más cercano hacia ella, que su mente fueses capaz de imaginar, sostenía el cuaderno con fuerza y se obsesionaba con una página en concreto…parecía que se hubiera muerto cualquier esperanza que quedase en su interior.

-¿Qué es eso Vincent…?

-Nada un diario…un diario bastante extraño…no tiene mucho sentido nada de lo que dice…son todo metáforas ininteligibles y absurdas.

-¿Puedo verlo un momento?

Vincent sin ni siquiera moverse le alargó un poco el brazo y Eléonore cogió el cuaderno, donde pudo ver las marcas alfanuméricas que utilizaba la madre Vincent…incluso los horarios y trazos temporales mes a mes de actividades…que aparecerían por la época en las páginas que faltaban al final.

Mientras Eléonore se empeñaba en resolver el acertijo…Vincent ya se había levantado  de la silla y se encontraba con un café recién  hecho en una taza de cerámica.
 Se encontraba delante de la ventana a los pies de la cama, observando como el café se iba enfriando y cada soplo que le mandaba, moldeaba el humo a su antojo…Eléonore leía y releía el poema sin encontrar la clave…de aquel dichoso y retorcido poema, era como una de esas canciones que terminan y te dejan con ganas de mas…

-No sé porque te molestas en averiguar nada…es una estupidez…llevo años intentándolo…y nada…

-Cállate…

Vincent sin girarse se mostró molesto…

-Veo que te has propuesto joder el día de todas las formas posibles…

-Sino cierras la boca no podré resolver esto…

-Te he dicho que eso es una tontería y que no sirve para nada, aparte es asunto mío, ¿no te han dicho nunca que no te metas en medio de las cosas de los demás ?.

Como la luz que alumbra el pasillo de un antiguo desván, que se ha llevado cerrado durante años…de igual manera, se alumbró la mente de Eléonore, con aquella última frase de Vincent.

La respuesta corrió por su cabeza como los fotones de luz atraviesan las partículas de polvo suspendidas en el aire de una nube luminosa.

-Eso es…(musitó para sí prácticamente en silencio)

-Mira creo qué es hora de que largues de aquí de una vez…

Cuando Vincent fue a girarse para remendar a su nueva amiga, ella se había levantado, y por lo que se ve había corrido hacia él con la fuerza suficiente, como para tirarlo. Ahora justo que se encuentran volando el tiempo se para y una ardiente escorrentía de café recorre la camiseta de Vincent, éste mira a las ojos de de ELéonore con un desconcierto provocado por la mezcla entra la rabia y la estupidez de todo aquello.

Ella buscaba en sus ojos una chispa de entendimiento…quería comprobar si entendía de que iba todo aquello, pero no consiguió más que sentirse mucho mas ruborizada aún.

Uno, dos…y no llega siquiera al tres. CRAK.

Se ha caído  el uno encima del otro,  ahora se  vuelcan hacia el lado derecho de la cama, por culpa de una pata que se había roto y hacía de la cama, un elemento completamente inútil. Se había quedado completamente coja.

Vincent se retorcía de dolor el brazo derecho, pues la mayor parte del café le había caído allí, Eléonore sin embargo se dirige hacia la pata de la cama rota y la coge de debajo de la cama. Justo ir  a levantarse, Vincent le coge la mano con la que sujeta la pata de la cama, y se la quita.

-¿Esto qué es para partírmelo en la cabeza ahora o qué?, ¡Estas definitivamente loca!, ¡piérdete desquiciada! (La  empuja lejos de sí mismo).

Eléonore por poco deja su sonrisa marcada en el suelo y medio-tropezándose consigue ponerse en una postura estable, y se dirige a Vincent con una calma extraña en ella.

-Vincent, escúchame.

-¡Que te largues!, sólo has hecho la idiota desde que llegaste( sentenció tirando la pata de la cama al suelo).

La Rabia de Vincent lanzó con violencia la pata al suelo, y mientras ésta volaba kamikaze, un rollo de papeles antiguos y amarillentos, rodeados por una gomilla gastada y con estrías volaba tímidamente de la mismísima pata, cayendo junto a los píes manchados de café también de Vincent.

Silencio. Vergüenza. Orgullo. Sorpresa. Vincent y Eléonore, Eléonore y Vincent.

-¿Qué es eso…?

-¿Ahora no te quema el brazo verdad?

- ¿En serio que es eso?,  ¿Cómo sabías que eso estaba ahí?

-Cuando dijiste lo de meterme en medio de las cosas de los demás,  entendí que quería decirnos el poema, y pude averiguar el escondite  de esto…que por lo que parece son las páginas arrancadas del cuaderno de tu madre.

-Sigo sin entender cómo has adivinado eso.

-Ven aquí y te lo explico.

Vincent desconfiado se acercó a Eléonore y clavando sus ojos en sus manos y en cualquier movimiento extraño que pudiera hacer, le cedió el cuaderno y segundos después Eleonore comenzó a hacerle preguntas sobre el poema.

-Haber, si te fijas… ¿Que te dice la primera frase del poema?

-púes que  la tormenta en demasiado oscuro para buscar algo en ella.

-Bien, pues cómo tú bien has dicho, yo no me tengo que meter en tu vida ni nada, es decir esto me hizo entender la segunda referencia que hacía el poema…¿Qué es…?

-Quitar el Ego del centro…si vale…muy bonito, sigue sin significar nada para mí.

-Vincent, este poema tiene un mensaje escrito en su interior, que se encuentra contenido en las primeras palabras de cada frase y en las últimas palabras de cada frase, míralo tú mismo.

Vincent cogió un bolígrafo y comenzó a rodear las palabras que le había dicho Eléonore.

                                               En medio de la tormenta la
                                          Oscuridad es demasiado densa. De
                                       Tu deseo de en esta ahondar, la noche
                                          Solo tus ojos podrán encontrar. Un
                                                 Apoyo si se lo permites, te
                                            Quiere el poema regalar. Quitar
                                           El ego del centro, para que el sueño
                                                 Dulce tenga principio y final.

Vincent no daba crédito a lo que tenía ante sus ojos…” En la oscuridad de tu noche, solo un apoyo te quiere quitar, el sueño dulce final.” 

-¿Comprendes ahora porqué te empujé contra la cama? , no pretendía tirare el café, pero sabía de sobra que por mucho que te dijese, no irías a quitarle la pata a la cama me habrías tomado por loca.

-Joder…Joder…ahora lo entiendo, lo que quiere decir es que “aquello que no me dejaba dormir era el escondite”, una insignificante pata coja…de una cama, ha sido mi pesadilla los últimos años y el poema me lo estaba diciendo siempre, estoy completamente ciego…

-No es ese el problema Vincent…llevas tanto tiempo en el centro, tanto tiempo al servicio de tu propio “Ego”, que te habías metido en el ojo de la tormenta, no veías nada…es algo así como, que… te faltaba perspectiva.


Villagrán13

No hay comentarios:

Publicar un comentario