Vincent parte 17
-No nada, ésta foto de tu madre me recordó a algo, o alguien
que haya visto antes…
-¿estás completamente segura de lo que dices?
-si, en serio…es simplemente que me recuerda a alguien
-esta mañana se está convirtiendo en una verdadera locura…me
empieza a cansar ya…
Se quedó sentado en la silla, cogió la pequeña libreta azul
de su madre…parecía como si Vincent tratase de evocar el sentimiento más
cercano hacia ella, que su mente fueses capaz de imaginar, sostenía el cuaderno
con fuerza y se obsesionaba con una página en concreto…parecía que se hubiera
muerto cualquier esperanza que quedase en su interior.
-¿Qué es eso Vincent…?
-Nada un diario…un diario bastante extraño…no tiene mucho
sentido nada de lo que dice…son todo metáforas ininteligibles y absurdas.
-¿Puedo verlo un momento?
Vincent sin ni siquiera moverse le alargó un poco el brazo y
Eléonore cogió el cuaderno, donde pudo ver las marcas alfanuméricas que
utilizaba la madre Vincent…incluso los horarios y trazos temporales mes a mes
de actividades…que aparecerían por la época en las páginas que faltaban al final.
Mientras Eléonore se empeñaba en resolver el acertijo…Vincent
ya se había levantado de la silla y se
encontraba con un café recién hecho en
una taza de cerámica.
Se encontraba delante de la ventana a los pies de la
cama, observando como el café se iba enfriando y cada soplo que le mandaba, moldeaba
el humo a su antojo…Eléonore leía y releía el poema sin encontrar la clave…de
aquel dichoso y retorcido poema, era como una de esas canciones que terminan y
te dejan con ganas de mas…
-No sé porque te molestas en averiguar nada…es una estupidez…llevo
años intentándolo…y nada…
-Cállate…
Vincent sin girarse se mostró molesto…
-Veo que te has propuesto joder el día de todas las formas
posibles…
-Sino cierras la boca no podré resolver esto…
-Te he dicho que eso es una tontería y que no sirve para
nada, aparte es asunto mío, ¿no te han dicho nunca que no te metas en medio de
las cosas de los demás ?.
Como la luz que alumbra el pasillo de un antiguo desván, que
se ha llevado cerrado durante años…de igual manera, se alumbró la mente de
Eléonore, con aquella última frase de Vincent.
La respuesta corrió por su cabeza como los fotones de luz
atraviesan las partículas de polvo suspendidas en el aire de una nube luminosa.
-Eso es…(musitó para sí prácticamente en silencio)
-Mira creo qué es hora de que largues de aquí de una vez…
Cuando Vincent fue a girarse para remendar a su nueva amiga,
ella se había levantado, y por lo que se ve había corrido hacia él con la
fuerza suficiente, como para tirarlo. Ahora justo que se encuentran volando el
tiempo se para y una ardiente escorrentía de café recorre la camiseta de
Vincent, éste mira a las ojos de de ELéonore con un desconcierto provocado por
la mezcla entra la rabia y la estupidez de todo aquello.
Ella buscaba en sus ojos una chispa de entendimiento…quería
comprobar si entendía de que iba todo aquello, pero no consiguió más que
sentirse mucho mas ruborizada aún.
Uno, dos…y no llega siquiera al tres. CRAK.
Se ha caído el uno
encima del otro, ahora se vuelcan hacia el lado derecho de la cama, por
culpa de una pata que se había roto y hacía de la cama, un elemento
completamente inútil. Se había quedado completamente coja.
Vincent se retorcía de dolor el brazo derecho, pues la mayor
parte del café le había caído allí, Eléonore sin embargo se dirige hacia la
pata de la cama rota y la coge de debajo de la cama. Justo ir a levantarse, Vincent le coge la mano con la
que sujeta la pata de la cama, y se la quita.
-¿Esto qué es para partírmelo en la cabeza ahora o qué?, ¡Estas
definitivamente loca!, ¡piérdete desquiciada! (La empuja lejos de sí mismo).
Eléonore por poco deja su sonrisa marcada en el suelo y
medio-tropezándose consigue ponerse en una postura estable, y se dirige a
Vincent con una calma extraña en ella.
-Vincent, escúchame.
-¡Que te largues!, sólo has hecho la idiota desde que
llegaste( sentenció tirando la pata de la cama al suelo).
La Rabia de Vincent lanzó con violencia la pata al suelo, y
mientras ésta volaba kamikaze, un rollo de papeles antiguos y amarillentos,
rodeados por una gomilla gastada y con estrías volaba tímidamente de la
mismísima pata, cayendo junto a los píes manchados de café también de Vincent.
Silencio. Vergüenza. Orgullo. Sorpresa. Vincent y Eléonore,
Eléonore y Vincent.
-¿Qué es eso…?
-¿Ahora no te quema el brazo verdad?
- ¿En serio que es eso?, ¿Cómo sabías que eso estaba ahí?
-Cuando dijiste lo de meterme en medio de las cosas de los
demás, entendí que quería decirnos el
poema, y pude averiguar el escondite de
esto…que por lo que parece son las páginas arrancadas del cuaderno de tu madre.
-Sigo sin entender cómo has adivinado eso.
-Ven aquí y te lo explico.
Vincent desconfiado se acercó a Eléonore y clavando sus ojos
en sus manos y en cualquier movimiento extraño que pudiera hacer, le cedió el
cuaderno y segundos después Eleonore comenzó a hacerle preguntas sobre el
poema.
-Haber, si te fijas… ¿Que te dice la primera frase del
poema?
-púes que la tormenta
en demasiado oscuro para buscar algo en ella.
-Bien, pues cómo tú bien has dicho, yo no me tengo que meter
en tu vida ni nada, es decir esto me hizo entender la segunda referencia que
hacía el poema…¿Qué es…?
-Quitar el Ego del centro…si vale…muy bonito, sigue sin
significar nada para mí.
-Vincent, este poema tiene un mensaje escrito en su
interior, que se encuentra contenido en las primeras palabras de cada frase y
en las últimas palabras de cada frase, míralo tú mismo.
Vincent cogió un bolígrafo y comenzó a rodear las palabras
que le había dicho Eléonore.
En medio de la tormenta la
Oscuridad
es demasiado densa. De
Tu deseo de en esta ahondar, la noche
Solo tus ojos
podrán encontrar. Un
Apoyo
si se lo permites, te
Quiere el poema regalar. Quitar
El ego del
centro, para que el sueño
Dulce
tenga principio y final.
Vincent no daba crédito a lo que tenía ante sus ojos…” En la
oscuridad de tu noche, solo un apoyo te quiere quitar, el sueño dulce final.”
-¿Comprendes ahora porqué te empujé contra la cama? , no
pretendía tirare el café, pero sabía de sobra que por mucho que te dijese, no
irías a quitarle la pata a la cama me habrías tomado por loca.
-Joder…Joder…ahora lo entiendo, lo que quiere decir es que “aquello
que no me dejaba dormir era el escondite”, una insignificante pata coja…de una
cama, ha sido mi pesadilla los últimos años y el poema me lo estaba diciendo
siempre, estoy completamente ciego…
-No es ese el problema Vincent…llevas tanto tiempo en el
centro, tanto tiempo al servicio de tu propio “Ego”, que te habías metido en el
ojo de la tormenta, no veías nada…es algo así como, que… te faltaba
perspectiva.
Villagrán13
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