Clockland 1º parte
¡Bienvenidos amigos y amigas! sean todos bienvenidos a esta grandiosa cita mundial,
como ya saben en nuestra cita de cada año podremos exponer y argumentar sobre
nuestra labor y experiencia, que con tanto gusto ponemos al servicio de
nuestros queridísimos seres humanos.
Soy Jack-clock y me congratula darles la enhorabuena por
haber podido asistir una vez más a nuestro querido certamen, veo que algunos
habéis envejecido, pero amigos míos ¿no es si no esa nuestra verdadera labor?,
¿envejecer y hacer envejecer?
¡Por supuesto que sí , fue así desde antaño y así seguirá
siendo. Ahora sin más dilación pasemos a entregar los diplomas a aquellos que
se jubilan este año y que han cumplido con indudable honor su cometido!
La estancia estaba completamente llena, todos nos dimos cita
allí y el jolgorio pedía entusiasmando la entrega de premios, los premios se
entregaban a aquellos relojes que ya habían cumplido con su misión y que ya
viejos agotados y moribundos, volvían a Clockland para entregarse como trofeo
del tiempo.
Estos sujetos eran muy variados, este año las jubilados
serían un Lotus, un barbudo de blanca barba Casio, un reloj de pared francés
qué vestía magníficamente con un traje propio de Vito Corleone y otros pocos
más que también habían cumplido sumisión y sus respectivos amos yacían muertos,
lo que los convertía automáticamente en uno de los “inmortales”.
Cuando ya habían subido todos al escenario y habían recibido
su estatuilla correspondiente, que por cierto “la estatuilla era un grandísimo reloj
de bolsillo, aplastando a un ser humano que con una cara más bien de
conformidad aceptaba su hora”. Una vez que todos sonreían al fotógrafo, que
inmortalizaría aquellos vidrios llenos de arrugas y sonrientes por haber
alcanzado el paraíso. Comenzaron a bajar, pero de repente Jack-clock con el
micro en la mano subió de nuevo al escenario y chillo rápidamente:
¡Amigos esperen! El congreso del tiempo ha avisado de una
noticia grandiosa, en poco menos de un tic-tac estará aquí un último jubilado
muy especial, pido fervorosamente que esperemos un poco más para recibirle con todo
nuestro tesón y amabilidad.
Y allí estaba yo, en
medio de toda aquella celebración y rodeado de aquella chusma temporal que se
enorgullecía de su trabajo y destino. Soy un reloj normal, concretamente
un Rolex , al menos yo quiero
considerarme normal, no me gustan esas castas que hay entre relojes, no pienso
que sea mejor que otros relojes, a fin de cuenta todos estamos divididos por el
mismo denominador común, y es precisamente “ el tiempo” . La herramienta para
la que fuimos creados. Por cierto mi nombre es…
-¡Hola Steven!
-¿Margaret? ¿Pero qué haces aquí?, si me dijiste que no
tenías pensamiento de venir?
-¡Sorpresa! ,¿No te lo esperabas verdad?
-¡En absoluto, me has dejado las manecilla heladas! , por
favor siéntate estoy solo en este velador y nadie me acompaña.
Villagrán13
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