miércoles, 14 de agosto de 2013

Clockland parte 1

Clockland 1º parte

¡Bienvenidos amigos y amigas! sean todos  bienvenidos a esta grandiosa cita mundial, como ya saben en nuestra cita de cada año podremos exponer y argumentar sobre nuestra labor y experiencia, que con tanto gusto ponemos al servicio de nuestros queridísimos seres humanos.
Soy Jack-clock y me congratula darles la enhorabuena por haber podido asistir una vez más a nuestro querido certamen, veo que algunos habéis envejecido, pero amigos míos ¿no es si no esa nuestra verdadera labor?, ¿envejecer y hacer envejecer?

¡Por supuesto que sí , fue así desde antaño y así seguirá siendo. Ahora sin más dilación pasemos a entregar los diplomas a aquellos que se jubilan este año y que han cumplido con indudable honor su cometido!
La estancia estaba completamente llena, todos nos dimos cita allí y el jolgorio pedía entusiasmando la entrega de premios, los premios se entregaban a aquellos relojes que ya habían cumplido con su misión y que ya viejos agotados y moribundos, volvían a Clockland para entregarse como trofeo del tiempo.

Estos sujetos eran muy variados, este año las jubilados serían un Lotus, un barbudo de blanca barba Casio, un reloj de pared francés qué vestía magníficamente con un traje propio de Vito Corleone y otros pocos más que también habían cumplido sumisión y sus respectivos amos yacían muertos, lo que los convertía automáticamente en uno de los “inmortales”.

Cuando ya habían subido todos al escenario y habían recibido su estatuilla correspondiente, que por cierto “la estatuilla era un grandísimo reloj de bolsillo, aplastando a un ser humano que con una cara más bien de conformidad aceptaba su hora”. Una vez que todos sonreían al fotógrafo, que inmortalizaría aquellos vidrios llenos de arrugas y sonrientes por haber alcanzado el paraíso. Comenzaron a bajar, pero de repente Jack-clock con el micro en la mano subió de nuevo al escenario y chillo rápidamente:

¡Amigos esperen! El congreso del tiempo ha avisado de una noticia grandiosa, en poco menos de un tic-tac estará aquí un último jubilado muy especial, pido fervorosamente que esperemos un poco más para recibirle con todo nuestro tesón y amabilidad.

 Y allí estaba yo, en medio de toda aquella celebración y rodeado de aquella chusma temporal que se enorgullecía de su trabajo y destino. Soy un reloj normal, concretamente un  Rolex , al menos yo quiero considerarme normal, no me gustan esas castas que hay entre relojes, no pienso que sea mejor que otros relojes, a fin de cuenta todos estamos divididos por el mismo denominador común, y es precisamente “ el tiempo” . La herramienta para la que fuimos creados. Por cierto mi nombre es…
-¡Hola Steven!
-¿Margaret? ¿Pero qué haces aquí?, si me dijiste que no tenías pensamiento de venir?
-¡Sorpresa! ,¿No te lo esperabas verdad?
-¡En absoluto, me has dejado las manecilla heladas! , por favor siéntate estoy solo en este velador y nadie me acompaña.


                     Villagrán13

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