Vincent 3º parte
Y antes de que pudiera seguir diciendo nada, se acerco hacia
la ventana donde se encontraba, y tomando su brazo, acariciando la cintura la
besó, era uno de esos besos en los que no se para el tiempo, es uno de esos
besos que no son cálidos, que no besan sino rozan, es uno de esos besos para
callar a alguien y evitar conflictos. Un beso de hielo.
La abrazó con fuerza
reposando lentamente su cuerpo sobre la pared, rizando cada uno de los
rizos saltarines y anaranjados que brotaban de su cabeza, la rodeo contra la
pared con su juego de caderas bailarinas, la eclipso con un fogonazo de calor
rodeando su cuello, tomó fuego del baile de sus manos en sus curvas, besó los
besos del cielo para deslizar el hielo, miró a sus ojos verdes y los tiñó de
amor.
La lluvia se mantiene ajena a la escena y acelera el ritmo
del temporal, la atmósfera se carga en el cuarto de baño y el sonido de una
puerta abrirse rechina en el mismo.
-tss…para, hay alguien aquí…
-¿de que estás hablando…?
-callate la boca ¿quieres…?
-vale…
La puerta se cierra y se abre con una tranquilidad pasmosa,
mantienen la respiración y hasta el cabo de unos segundos no empiezan a
escuchar pisadas. Parece que suenan unas botas de piel, con mucho cuidado
consiguieron sacar un espejito para ver de quién se trataba.
-Es Eléonore la chica gótica…
-baja la voz…
¿Qué hace aquí?
-no tengo ni idea de que hace aquí, pero me da muy mal
rollo…¿Por qué no salimos ahora y nos evitamos tonterías?
-¿Qué dices, estás
bien de la cabeza? , paso…
Al contrario de lo que pensaban, Eléonore se plantó delante del espejo y se quedo fría, sonrío al espejo y mantuvo
la sonrisa por unos segundos, después mostro otra vez su faz hierática con sus
labios pintados en negro azabache.
Eléonore lleva dos coletas cogidas a derecha
e izquierda de su cabeza
-¿ Qué coño está haciendo ésta?
-No lo sé , cierra la boca…nos va a descubrir
Se deshace las coletas y se deja el pelo suelto cayéndole por
encima de los hombros y el pecho, ahora vuelve a sonreír, pero igualmente solo
aguanta unos segundos la mirada alegre y pone una cara triste de nuevo. Se
quita la sudadera negra y la tira al suelo, debajo quedan descubiertos dos
brazos blancos y delgados, tiene una pulsera con una cruz en la mano izquierda
y tiene una camiseta de tirantas negras puesta. Hace frío, pero le da igual.
Saca unas tijeras de la mochila y junto a éstas saca una
foto, saca un tarro de vaselina y cogiendo un poco lo unta en el espejo,
después coge la foto y la pega con fuerza.
A continuación comienza a cortarse el pelo fijándose en la fotografía.
-¿se está cortando el pelo?¿pero qué?...
-¿cómo? déjame ver…
-toma coge el móvil y usa el reflejo.
- No me hace falta…miraré
con cuidado sacando un poco la cabeza
Sé asomo lentamente, con más miedo a ver, qué a que le
viesen, y pudo contemplar cómo cada mechón de aquella cascada oscura y
brillante caía al suelo rozando sus brazos desnudos.
Aquella imagen le fascinaba, le absorbió por completo y le
dejaba en un ensueño que amenazaba la pérdida
de su racionalidad, sus facciones eran finas y estilizadas, y sus labios fríos.
La tijera trabajaba rítmica y apresuradamente, marcando un
compás acelerado, y el nuevo look de Eléonore tomaba forma, ahora se alisa el
pelo con un cepillo y se quita los cabellos que hayan quedado pegados en su
ropa. Listo.
-Deja ya de mirar te va a descubrir…
-calla…déjame tengo curiosidad…
-Ya estamos…joder es que a veces me sacas de quicio…
-Cállate…
Eléonore se pone a recogerlo todo, deja el pelo tirado en el
suelo…y mete todas las cosas en la mochila…con la excepción de una cosa…
Tomó la foto despegándola del espejo y se quedó mirándola un
rato…acto seguido le dio la vuelta a la foto y le quito la vaselina que tenía
por detrás. Fue como un rayo. Giró su cabeza hacia donde se encontraban sus espectadores
y llevándose el dedo a la boca, se untó la vaselina en los labios, mientras miraba con una
media sonrisa a aquella persona que la había estado observando con tantísima
profundidad.
-Oh…(acertó a musitar)
-¿Qué pasa, te ha visto?
- no claro que no ( dijo esto, mientras miraba como Eléonore tomaba su
mochila y con una sonrisa pícara y divertida tiraba la foto en la papelera )
La campana de cambio de hora sonó, Eléonore se marcha de allí.
Villagrán13
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