martes, 29 de julio de 2014

Tan únicos como nosotros mismo 3º parte

                                                                             Tan únicos como nosotros mismos
3º Parte






  La finca es grande, antigua y está mal cuidada, hay multitud de rastrojos y de malas hierbas que deberían haber sido cortados hace unas cuantas  primaveras, Obey y Raquel aparcan el coche al lado del Peugeot rojo que Rodry tiene aparcado en la entrada de las escaleras del porche. Un  par de perros saltarines se asoman por entre las matas de hierbas y se ponen a pegar saltos en torno a las piernas de Rodry, éste con manos nerviosas intenta a toda costa, que estos no le dejen huellas en el los vaqueros, y le manchen de barro.

Llaman a la puerta, la cual tiene un llamador de bronce antiguo, con forma de cisne con las alas abiertas.

     Siempre que vengo a casa de Rodry, me quedo flipada con este llamador, me transmite un misterio extraño, no sé

     Llama anda, que tengo frío aquí afuera, se me están quedando los huesos helados Raquel

    

Pega dos aldabonazos secos y esperan respuesta, una pequeña melodía se empieza filtrar desde dentro, saliendo hacia el exterior con disimulo y lentitud

     Ho dios…

     ¿Qué?

     Pues que me parece que rodry esta de bajón

     ¿Por qué?

     Mira escucha, ves que se oye algo de fondo

     Sí, ¿parece música tranquila no?

     Sí, es jarabe de palo, siempre que Rodry está de bajón le da por poner este tipo de cosas

     Joder, pues haz algo, para que nos abra, porque como tengamos que esperar a que se le quite el bajón…

     ¡Rodry! ¡Estamos aquí! , ¡ábrenos por favor!

Unos pasos torpes hacen ruido hasta la puerta de madera, desconchada de la pintura verde que solía cubrirla

     Joder, vaya mierda— suenan unos ruidos en la puerta, como intentado abrir

     ¿Rodry eres tú?

     Sí…no puedo abrir la puerta, está como atascada

     ¡Rodry joder, es tan solo tirar del cerrojo para el lado!

     Sí ya…pero no puedo, no tengo fuerzas,

     ¿Rodry…?

     ¿Qué?

     ¿Estás colocado?

     A ver…colocado como tal tampoco, un poquito ido solo

     Joder, Rodry si es que huele a través de la puerta y todo, bueno ábrenos ya

     Que va, dad la vuelta y entrar por el porche de atrás

     ¿En serio?, joder

     Sí , coged la escalera para subir

Raquel y Obey dan la vuelta, el porche trasero esta a metro y medio de altura, la pared esta desconchada y las barras de la valla dejan entrever el verde oxidado de su superficie

     ¿Por qué tenemos que hacer esto cada vez que venimos?...que perezoso es Rodry

     Déjale Obey, ya sabes cómo es, se mete en su mundo con el bajón y se bloquea hasta para realizar las cosas más simples

     Sí, vale pero el ciego que lleva encima también contribuye

     Tú también fumas de vez en cuando, así que tampoco puedes hablar mucho…

     Sí, pero no me vuelvo un zombie inútil — Dijo mientras empieza a subir por la escalera

     Y encima mira…esta escalera esta pringada de hierba y tierra, se me están manchando las manos

     Que delicadito eres hijo…venga sube ya, que hace seis grados aquí fuera

Una vez en  el porche, abrieron la puerta de la cocina, y dentro, comprobaron cómo Rodry se había pasado los últimos tres días comiendo y ensuciando platos, los cuales se encuentran apilados en el fregadero, el suelo de la cocina tiene algún que otro manchurrón de tomate, y alguna que otra pelusa, Raquel abre la puerta que conecta la cocina con el salón y un bufo concentrado asalta a sus ojos y su nariz.

     Rodry… tienes la cocina echa un asco,

     ¿Qué?

     Que tienes la cocina echa un asco…¿Cuántos días llevas sin fregar?

     No se…Nuria estaba aquí hace tres días y se marcho a…

     Vale sí, vamos que no limpias desde que Nuria se ha ido, eres un puto desastre

     «Hace días que te observo, y he contado con los dedos» —Canta Rodry

     ¿Rodry podrías dejar de cantar y escuchar algo de lo que te digo?

     Mira…¿yo no te he jodido verdad Raquel?, pues déjame en paz, has venido al campo para no estar sola en casa,  cállate y relájate, no te conviertas en mamá ¿quieres?

     No es cuestión de mamá, es cuestión de que soy tu hermana mayor y que por muchos veinticuatro años que tengas…yo tengo veintisiete, y soy tu hermana mayor, si veo que algo no está bien, lo mínimo será que te lo haga ver

     Vale…y ¿Por qué lo que tú creas que está mal, tiene que ser lo que realmente está mal?

     Mira Rodry es que no se puede contigo, de verdad…eres un caso

     Joder Raquel…

     ¿Qué? Te digo la verdad

     No, no es eso, Raquel…mira, ya sabes que ésta es mi casa, pero también es la tuya, somos hermanos Raquel, aquí siempre vas a tener un hueco cada vez que lo necesites…

     ¿A qué viene eso?

     Pues…pues para que no pienses que no me importa lo que me dices

     Bueno, vale y entonces ¿Qué te ocurre?

     Pues, que con la tontería de los años y las discusión, me acabas de crear otra vez esa sensación extraña de lo rápido que pasa el tiempo…es una mierda, ya tengo veinticuatro años y veintisiete…joder, en tres años tienes treinta, ¿No te parece que fue ayer cuando tenías catorce años y todavía jugabas con muñeca?...! Qué asco! Que sensación de oxido…de desgaste,  se nos consume la vida

     Rodry ya, he pillado lo que quieres decir, deja ya de rallarte la cabeza, el paso del tiempo es inevitable

     Sí ya…lo que tu digas

La puerta de la cocina se abre y aparece Obey con una cerveza en la mano

     Hola Rodry, te he cogido una cerveza del frigorífico

     Coge las que quieras, no te preocupes, ahora iremos a comprar más antes de que lleguen Marcos y Laura

     ¿Van a venir?—preguntó sorprendida Raquel

     Sí, les he dicho que pasen la noche aquí también

     ¿Y cómo se supone que vamos a dormir?

     No se…después lo vemos

     Lo que tu veas...Obey por cierto ¿Porqué te has quedado en la cocina?

     Pues, porque no quería estar en medio de vuestras cosas…

     Joder, Rodry si ya sabes cómo se pone mi hermana cada vez que viene, parece que no la conozcas

     En fin, voy a fumarme un cigarro fuera par de colgaos— se marcha hacia el puerta principal y abre el cerrojo a la primera, dando un violento cerrojazo

     ¿Has podido abrir?— preguntó desde lejos Rodry

     Claro, el problema es tuyo, que tienes demasiado humo alrededor— Acto seguido salió a la entrada

     Obey siéntate coño, parece que te sientas extraño o algo aquí, no te preocupes por mi hermana, ella es así
     Ya,  lo sé»—se recostó en un sillón, acomodando los pies sobre uno de sus brazos

La chimenea chispea brasas y Obey estira las manos para calentarse.

Villagrán14

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