jueves, 21 de agosto de 2014

Cuento en popa

El día que salió a surcar todos los bares fue el día más naufragado de su vida. Buscaba a un hombre de ojos oceánicos en los que poder flotar cada día. Seis copas y nueve piratas después, encontró a su capitán, de ojos grises como la mar. Al principio en calma, levando anclas, pero después los pilló la tormenta. En el refugio del camarote hicieron el amor y al quinto orgasmo se casaron. En la luna de miel fecundaron a su séptimo hijo al que llamaron Neptuno, pero a este no pudieron contenerlo en barco alguno. Nadando en los ojos oceánicos del Capitán, se perdió. Nadó y se ahogó durante setenta años y cuando llegó la tormenta naufragó el barco. Murieron el Capitán y todos los corsarios. Y en tierra de nuevo tras setenta años, sola, se asomó al espejo y vio que su reflejo era mar. ¡Sola hubiera podido flotar! Y ahora era náufraga buscando una isla en la que descansar…

Claudia González Thomson

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